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Radiohead suelta a la fiera en Madrid para espantar la depresión

Una hora antes comenzaron a sonar ruidos por la megafonía, mientras la luz del Madrid Arena se iba apagando poco a poco. Lo vendieron como una «experiencia inmersiva» sin que nadie le encontrara explicación. A las 20.15, con el escenario circular listo en el centro, una serie de señales luminosas exactamente iguales a las que Spielberg rodó en 'Encuentros en la tercera fase' anunciaron que el momento se acercaba. La asistentes ovacionaron cada nota del más allá durante quince minutos en los que el murmullo fue en aumento. Y entonces llegó. El reloj marcaba exactamente las 20.28 cuando sonó la primera nota de ' Let Down '. Menos de cinco segundos y un solo verso random le hicieron falta a Tom Yorke para espantar todos los males de estos siete años: «Transporte, autopistas y tranvías / Arrancar…». Radiohead rompía así un largo silencio que, según reconoció hace unos días, la banda ha transitado entre el duelo y la depresión. «Necesitaba parar, no me había dado tiempo a llorarla», explicaba el cantante a 'Sunday Times' sobre la muerte de la madre de su hijo y pareja desde que estudiaban en la Universidad de Exeter. Rachel Owen falleció justo cuando Radiohead comenzaba la vorágine promocional, nada más publicar su último álbum hasta la fecha: 'A Moon Shaped Pool' (2016). Yorke y sus compañeros, sin embargo, decidieron seguir adelante y, al final, les pasó factura. En la misma entrevista, el guitarrista Ed O'Brien, ayer completamente entregado, confesó que los últimos conciertos de aquella gira fueron «como una larga noche para el alma». Y añadió: «Yo mismo sufrí una profunda depresión y toqué fondo en 2021».Noticia Relacionada MÚSICA estandar Si Los Voluble o el arte de acabar en una 'rave' con La Niña de los Peines Israel Viana El dúo sevillano lleva tres décadas creando espectáculos audiovisuales en los que mezcla el flamenco con la música electrónica, con una fuerte carga política y socialAnoche no parecía haber rastro de los fantasmas. Tampoco hubo mucha de esa música con la que Yorke y los suyos son capaces de hacer sonar bonita la tristeza, salvo algunas excepciones como ' Videotape ', ' A Wolf At The Door ', ' Fake Plastic Trees ' o ' How To Disappear Completely ', todas ellas, sin duda, entre los momentos más mágicos de su regreso a Madrid veinte años después. Radiohead pronto dejó suelta a la fiera y sumergió al público en una especie de 'rave' desfasada y disfrutona con temas como '2+2=5' y 'Sit Down, Stand Up'. La banda, durante los primeros veinte minutos, estuvo encerrada en una jaula a lo 'Mad Max',   rodeada por pantallas que apenas dejaban ver a los músicos. Música electrónica y el drum and base a mansalva, sin casi dar tregua en el primer tramo con canciones como ' Lucky ' y, sobre todo, ' The Gloaming ' o ' Myxomatosis '.Yorke estaba especialmente bailongo, hasta que las pantallas empezaron a subir y bajar aleatoriamente, dejando que por fin la banda se mostrara al completo mientras se escuchaban los primeros acordes de ' No Surprises '. Los 17.000 seguidores que habían tenido la suerte –además de la paciencia y el dinero– de hacerse con una de las entradas de este primer día se rindieron y cantaron a gritos el clásico. El primer momentazo de esta gira que también les llevará a Bolonia, Londres, Copenhague y Berlín, después de los tres conciertos que les quedan está semana en la capital. Solo fue un espejismo, como todos los instantes en los que Radiohead tiró de guitarras acústicas, porque subían las revoluciones una y otra vez, ahora con 'Weird Fishes/Arpeggi' y '15 Step'. Nada de música triste para espantar la depresión. La noche va de 'beats' y palmas, como las que suenan en ' The National Anthem ', ' Bodysnatchers ' e ' Idioteque ', al ritmo del bombo machacón. Todo suena bien, a desenfreno, pero en ocasiones se echa de menos que dejen un poco de lado la experimentación para tocarnos la patata, en vez de subirnos en este nuevo formato circular con el batería Phil Selway en el centro y Yorke rodeando el escenario y arengando a la gente. Cuando se acercaban las dos horas, Radiohead puso el punto y final con dos himnos como ' There, There ' –con Jonny Greenwood y Ed O'Brien tocando ese ritmo paleolítico sobre el riff increíble de Yorke, mientras canta «en la más absoluta oscuridad salgo a caminar por tu paisaje»– y, como no, ' Karma Police '. Si lees esto tratando de encontrar una pista para tu concierto, es probable que no sirva de nada. La banda anunció hace unas semanas que había preparado setenta canciones para esta gira,   por lo que es probable que cambie de repertorio cada noche. Hagan quinielas.