Estos últimos dos días no han sido buenos para los huéspedes del exclusivo Hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria a quienes no les gustara la ópera. No solo se encontraban allí por donde se movieran con la cara de una de sus grandes divas actuales, la rusa Anna Netrebko (Krasnodar, 1971), sino que tenían que convivir con los preparativos, los ensayos y las pruebas de sonido del concierto que la soprano protagonizó en la gala de apertura del V festival Santa Catalina Classics , que se ha celebrado en el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria -un establecimiento, por otra parte, inaugurado en 1890 y por el que han pasado figuras como Ava Gardner, Frank Sinatra, John Huston, Rita Hayworth o Maria Callas -.Anna Netrebko sigue las huellas, precisamente, de la gran soprano griega. Sin pretender compararlas, es lo más parecido hoy en día a una diva operística, especie en vías de extinción en el siglo XXI; aunque aparezca sola, sin maquillar y con un sencillo vestido playero en el salón donde se sirve el desayuno del hotel (Maria Callas, a buen seguro, no lo hubiera hecho). Pero el prestigioso New York Times dijo de ella que era «una soprano con poder de estrella en el mejor sentido». Hace justamente veinte años que Anna Netrebko logró su 'status' de diva. Fue en el verano de 2005, en el Festival de Salzburgo, cuando cantó ' La traviata ' junto a Rolando Villazón (en el estreno de la producción de Willy Decker que puede verse estos días en el Teatro Real). La soprano rusa ya despuntaba con una incipiente carrera internacional, pero aquellas funciones la convirtieron en una estrella de la ópera. Declaraciones suyas como « soy una 'fashion victim' », sus posados para revistas como 'Vogue', 'Elle' o 'Vanity Fair'; sus confesados gustos musicales, que incluían el hip hop, le hicieron trascender el reducido mundo operístico para obtener una popularidad fuera de sus 'fronteras'. Avivaría la llama años más tarde con su incorporación a las redes sociales , que alimenta con frecuencia.Hoy, ese aura de leyenda se mantiene, y prueba de ello es su presencia en Gran Canaria -dentro de un mes visitará otra isla española, Mallorca, para cantar 'Nabucco' en el Festival Cap Rocat -, para la gala de apertura del Santa Catalina Classics, un festival que es heredero del Formentor Sunset Classics, celebrado precisamente en Mallorca. El certamen -que dirige artísticamente Felipe Aguirre- celebra su quinta edición, y antes que Anna Netrebko lo visitaron Gustavo Dudamel, Roberto Alagna, Juan Diego Flórez y Jonas Kaufmann, una nómina verdaderamente envidiable.Bajo un cielo plomizo -la célebre 'panza de burro', que esa sí debe de ser aficionada a la ópera, porque no nos abandonó en todo el día- se celebró el concierto, en el que participó (por tercer año consecutivo) la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, bajo la batuta de su director titular, el británico Karel Mark Chichon , que seguirá en el puesto hasta finales de la temporada 2026/27. El cartel se completaba con la presencia del tenor canario Jorge de León , pero su papel no sería de comparsa ni de telonero, sino de auténtico coprotagonista. Jorge León, durante una de sus intervenciones; aspecto general del concierto; y el director, Karel Mark Chichon Santa Catalina ClassicsEl programa incluyó a Francesco Cilea ('Adriana Lecouvreur'), Giuseppe Verdi ('La forza del destino', 'Luisa Miller' y 'Aida'), Giacomo Puccini ('Tosca'), Amilcare Ponchielli ('La gioconda') y Umberto Giordano ('Andrea Chenier'). Como bises, más Puccini ('La bohème' y 'Turandot') y un extraño final: la canción napolitana 'Non ti scordar di me', de Ernesto di Curtis.Feliz desde su primera intervención -entró en el escenario con un saludo casi juvenil mientras avanzaba entre los músicos-, Anna Netrebko fue de menos a más en la velada, pero desplegó la paleta de cualidades que la mantienen todavía en el estrellato operístico: una voz llena, cálida, poderosa, expresiva, a lo que suma su dramatismo. Brilló especialmente con una conmovedora 'Vissi d'Arte', de 'Tosca', un papel que ha interpretado en decenas de ocasiones, y con la 'chulería' que supuso cantar -después de pasar por el podio del director- el vals de Musetta de 'La bohème' sin la ayuda del micrófono -como les gusta hacer a los flamencos-. Los dúos con Jorge de León revelaron la complicidad que hay entre ambos -en su cuenta de Instagram, Anna Netrebko lo calificó como « charming, charming » (encantador)-; cantaron, especialmente el fragmento de 'Tosca' con una gran efusividad y sensibilidad, actuando como si fuera una función y no un concierto. El tenor canario se llevó probablemente la mayor ovación de la noche cuando cantó con vigor y brillantez ' Nessun dorma '. Noticia Relacionada Nadine Sierra y Xabier Anduaga reportaje Si 'La traviata' reúne a las dos mayores estrellas jóvenes de la ópera Julio Bravo El Teatro Real cierra su temporada con la obra maestra de Giuseppe VerdiEra, por otro lado, la pieza que parecía conocer mejor el público, o parte de él, tan interesado, o más, por el acontecimiento social que supone el festival que por el concierto en sí; solo se puede entender así la actitud de algunas personas (una minoría, ciertamente, para ser justos), que no debían de saber que a sus vecinos de butaca no les interesaban sus constantes comentarios y, mucho menos, oírles canturrear, al mismo tiempo que la tocaba la orquesta, una melodía de la 'Danza de las horas', de 'La Gioconda', que conocían, seguro, de haberla escuchado en un anuncio de electrodomésticos.